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opinión sobre el activismo actual y dato importante

  • Foto del escritor: Leyao Rovira
    Leyao Rovira
  • 26 ene 2023
  • 4 Min. de lectura

el 81,8% de personas que sufren racismo en España no denuncian la discriminación


veréis, esta es la realidad. si no se acude a los organismos de la justicia, si no hay denuncias reales, parece que no ocurra nada. estadísticas que carecen de números suficientes como para provocar un mínimo impacto. ocurre muchas veces como en casos de violaciones machistas u agresiones o maltratos de diferente tipología.


en fin, no estamos en alerta porque no sentimos que lo tengamos que estar. no hay un sustento académico que lo evidencie, excepto por los estudios e investigaciones que no se divulgan demasiado y son de gente particular desconocida que acaba de terminar un grado. pues algunos de esos trabajos son imprescindibles y súper interesantes para entender a fondo la situación de racismo a nivel nacional e internacional.


en momentos así, dependiendo de la gravedad de la situación, la persona aguanta e intenta minimizar para no implicar a nadie en problemas ni a sí misma. hay miedo, o pereza, o frustración, o todo al mismo tiempo.


no hay una concienciación social lo suficientemente grande como para que a nivel de educación la perspectiva de “no discriminación alguna”, se impregne de verdad en las mentes de los alumnos. y algo que deberíamos aprender e interiorizar es que tenemos derecho a saber qué derechos tenemos y gracias a cuáles podemos hoy optar por más de una opción. tenemos derecho a reclamar derechos que son fundamentales. tenemos derecho a que se nos cumplan, sin ninguna jerarquía.

no obstante, como ya sabéis, en este sistema alimentado y servido por el capitalismo, el dinero es poder. y el poder es también poder disponer de unos derechos más. tener a la justicia de tu lado, corrupta a más no poder, claramente.


si hablamos de actualidad, en muy poco tiempo está cambiando todo, el mundo se ha vuelto muy individualista y las nuevas generaciones no tendrán ningún parecido con nosotres.




las redes han provocado un incremento en pensamientos extremistas. cada vez es más difícil entenderse.


por una parte, la gente activista y defensora de los derechos humanos hemos llegado a un punto en que nos hemos interseccionado tanto para visibilizar a cada comunidad que a veces, sin querer, estamos separándonos, en lugar de buscar un objetivo común y crear alianzas.


y en muchos casos, no se hacen espacios mixtos por evitar repetir conceptos que para nosotres son básicos o que ya damos por supuestos, sobre todo en caso de ser una persona con una realidad no normativa. se puede comprender en según que situaciones, para proporcionar espacios seguros en el inicio del activismo. no obstante, no debería ser el fin. la interseccionalidad debería unirnos más, le da valor a cada realidad y nos hace ver que cada cuál es diferente. aún así, caemos en el compararse en a ver quién lo pasa peor y en qué posición estoy a nivel de jerarquía racial.


por otra parte, la gente no tan reivindicativa y con más tendencia a la desinformación, ya sea por disponer de privilegios o por vivir una realidad más cómoda, sistémicamente hablando, no dispone de tanta concienciación sobre según qué temas, por el hecho de que no les afecta de forma directa. y hay que comprender eso. lo importante es que al concienciarse cambien su conducta y sus acciones. el hacer activismo ya es opcional.


la cuestión es intentar ponerse en la piel del otro y entender que hay más allá de tu realidad. pensar esto antes de juzgar o discriminar.


no obstante, muchas veces exigimos una deconstrucción por parte de esa gente y luego muchas veces no se proporcionan espacios mixtos.



a dónde quiero llegar, y seguramente no soy la única que piense esto, es que nos encontramos en un momento crítico.


o eres de un extremo o de otro. y no intentamos empatizar mínimamente.

algunas personas por hacer activismo a través del rencor puro y no hacer introspección. y otras por creer que ya tienen la vida ganada al estar en una situación privilegiada, sin darse cuenta de que quizá algún familiar o personas que en un futuro o que ya aprecian están siendo afectadas políticamente y emocionalmente por esto. otras por pensar que la discriminación racial es algo que elegimos sentir o que es una etiqueta a un simple comentario vulgar de la calle, sin saber que esto afecta a gran escala en ámbito de derechos. otras por creer que el racismo no existe, que por tener un amigo negro ya han encontrado el antídoto a ser racistas. otras por creer que el activismo no sirve de nada porque, total, el mundo se va a la mierda y ya da igual, como el “para qué ir a una manifestación si no sirve de nada” cuándo las mujeres podemos votar en gran medida gracias a todo lo que se ha ido haciendo a lo largo de la historia.

otras por creer que el activismo es una manera de hacerse ver, de crearse un alterego para “llamar la atención”. pues bueno, en caso de ser así, al fin y al cabo, qué más dan los motivos? está provocando clicks en la gente y está haciendo que la gente se sienta más válida.



hay mil tipos de situaciones. se ha llegado al extremo.


pero algunes no pensamos parar.


 
 
 

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